Las palabras acerca de un campamento llamado Esperanza resonaron en mi mente mientras escuchaba la predicación en una iglesia local. En ese momento supe que debía escribir sobre este tema.
Y es que pocas veces se a usado esa palabra para designar a algo o alguien lo que su significado implica.
Era el 5 de agosto en la fría planicie desértica del norte chileno en donde se ubica la mina de cobre San José que llegó a ser muy famosa en esos días por el accidente donde quedaron atrapados 33 mineros a una profundidad de 730 metros.
Nada más de imaginar la angustia de estar atrapados en medio de la profundidad de la tierra se nos hace más pequeño el corazón. Cuántos pensamientos no pasarían por la mente de estos mineros? No volverían a ver a sus familias, sus esposas e hijos, a sus padres, hermanos y amigos. Nunca más podrían estar tan cerca de sus seres queridos y poder decirles tantas cosas que no habían podido contarles. Ahora estaban a cerca de un kilómetro debajo de la tierra sin ninguna posibilidad de poder hacer nada. Afuera todos sus amigos, familiares y personal de rescate se reunieron alrededor de la mina en un auténtico campamento al cual llamaron "CAMPAMENTO ESPERANZA". Cada noche se hacía vigilia, todos allí de diferentes religiones y creencias se habían unido en una sola familia para rogar a Dios por el rescate de sus seres queridos. La esperanza era una misma, la oración, la vigilia y hasta lo que comían los habían unido como si fuese una sola familia. Incluso la hija de uno de ellos nació mientras su padre estaba en medio de la tierra a quien por cierto también llamaron ESPERANZA.
Después 69 días de agonía y esperanza el mundo vio como eran rescatados los 33 mineros que al final vieron la luz del día. Fiesta hubo en aquel campamento Dios se habia manifestado usando a personas que con un solo objetivo trabajaron día y noche para concretar aquella hazaña.
Esta historia me recuerda que muchas veces podemos estar en situaciones muy difíciles y que tambien a nuestro alrededor hay un campamento el cual también se llama esperanza, esperanza en salir de la tormenta, esperaba en poder prosperar, en poder salir de la circunstancia en la que estamos ahora, hay decenas de hermanos tuyos que oran por ti y millares de angeles que llevan esas peticiones a Dios el lo alto y que traen consigo la respuesta del altísimo.
¿Por qué voy a inquietarme?
¿Por qué me voy a angustiar?
En Dios pondré mi esperanza,
y todavía lo alabaré.
¡Él es mi Salvador y mi Dios! Salmo 42:11
No hay mayor angustia que ver enterrados nuestros sueños, planes y objetivos, sin embargo hay esperanza más allá de la tormenta, hay esperanza en Jesús más allá de los problemas, hay esperanza más allá del desempleo, hay esperanza más allá del desánimo. El cristiano vencedor para poder estar en pie primero hay que estar de rodillas, Dios es quien nos ayuda en todo momento y al igual que los héroes de nuestra historia al final seremos vencedores.
Porque más poderoso es Jesús que está con nosotros que el que está contra nosotros. Nunca olvides que la gracia de Jesús está en tu vida y el quiere que prosperes y tengas salud.
Nunca abandonemos la oración, nunca perdamos la esperanza. Hagamos a nuestro alrededor un campamento de esperanza en Jesús.
Dios te bendiga y nunca pierdas la esperanza.