El inmensurable amor de Cristo
“Sea vuestro carácter sin avaricia, contentos con lo que tenéis,
porque El mismo ha dicho: NUNCA TE DEJARE NI TE DESAMPARARE,” Hebreos 13:5
La gramática en cada idioma siempre tiene diferencias con relación
a otros idiomas. Sin embargo, cuando hablamos de idiomas como el nuestro, el español y el griego koine, idioma en que se escribió el Nuevo Testamento, estos nos presenta una riqueza lingüística que pocas veces vemos en otros
idiomas.
Para expresar en español una profunda negación, generalmente
usamos dobles negaciones, y mientras mas negaciones incluimos mas enfática y ensanchada
es la intensidad de la negación. Esto sin duda me hace recordar al apóstol
Pedro cuando estaba cerca de la entrada del lugar a donde habían llevado a Jesús
después de su arresto. Jesús le había dicho que antes que el gallo cantase le habría
negado tres veces. Y aunque estas tres negaciones no fueron dadas en una misma
sentencia, sabemos que el sentido de la intensidad de la negación fue entendida
por Pedro, pues el pasaje bíblico nos dice que salió y se fue a llorar
amargamente, pues entendía que sus tres negaciones implicaban una intensidad
tremenda en el hecho de que no conocía a Jesús.
Es interesante notar el paralelismo de la negación de pedro a
los tiempos en los que vivimos hoy, aquellos que profesamos ser cristianos,
hemos de ser sometidos a prueba. ¿La pregunta es, Hemos de negar nuestra fe
como Pedro? ¿O valientemente como los mártires de la edad media estaremos
dispuestos a dar nuestra vida por Cristo?
Cuando vemos el relato bíblico, está lleno de historias de
personajes que le fallaron a Dios, y que fue difícil la batalla, pero al final
aprendieron a ser fieles al Creador. Como seres humanos caídos nadie puede
afirmar no haberle fallado al señor, o no haberle negado, todos hemos en algún momento
negado a Dios con nuestros actos. No obstante, somos llamados a ser verdaderos
hijos fieles de Dios.
En cambio, Dios nunca nos ha fallado, en Deuteronomio 31:6 le
dice al pueblo de Israel:
“Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos,
porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.”
Dios le dijo a Josué por medio de Moisés en Deuteronomio 31:8:
“Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te
desamparará; no temas ni te intimides.”
El escritor del libro de hebreos cita estas dos citas para
enfatizar el propósito de Jesús para la iglesia de nuestro tiempo. Sin embargo,
la gramática del idioma griego nos permite entender mejor el énfasis y la
intensidad con la que Jesús asegura que ha de estar a nuestro lado cada día.
La expresión en la que queremos profundizar es la ultima
parte del texto que dice así: “NUNCA TE DEJARÉ NI TE DESAMPARARÉ”. En español
encontramos una expresión con doble negación que intensifica en extremo la acción
negativa de la expresión, es decir, expresa más allá de la duda que Jesús nunca
nos ha de abandonar. El propósito de esta expresión es darnos la seguridad
doblemente enfatizado que su promesa es cierta y verdadera. No, obstante, debemos
recordar que el nuevo testamento fue escrito en griego, y esta expresión necesitamos
verla en el idioma griego Koine para entenderla mucho mejor.
Οὐ μή σε ἀνῶ οὐδ’ οὐ μή σε ἐγκαταλίπω· Haciendo una transliteración de la expresión
diría asi: “NUNCA, NO TE DEJARE, NO, NUNCA, NO TE DESAMPARARE” aquí vemos
con claridad que no hay dos negaciones como vemos en español, sino, 5 negaciones.
En matemáticas diríamos que es NO elevado a la quinta potencia, ese es el nivel de
intensidad con la que Jesús nos promete no dejarnos ni abandonarnos en este
tiempo cada vez más peligroso, ¡HALELUYAH!
Nunca había encontrado un pasaje bíblico que nos elevara a la
quinta potencia de la seguridad de la presencia de Dios con todo aquel creyente
que anhela vivir a la sombra de la misericordia de Dios y de su ley.
Hoy, Jesús quiere que sepas que no importa cuan profundas
sean las heridas que el pecado a infligido en tu fe y en tu vida, si en tu corazón
anhelas el perdón divino y someterte a la voluntad de su divina presencia
entonces debes estar completamente seguro, más allá de toda duda razonable e
irracional, debes creer y entender que el Jamás te abandonara ni te dejara, esa
promesa esta elevada a la quinta potencia de la seguridad con que debemos tomar
esa promesa.
Puede que algunas veces sientas que el señor te abandonó, el
sentimiento de derrota, el desánimo, la culpa te hacen a veces dudar, pero, así
como un día el salmista dijo, “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida…” así mismo debes estar tan seguro que la presencia
de Dios continúa hablando, tocando, mostrando la bondad de Dios para tu vida.
Es ahora el momento para que tu abraces esa hermosa promesa. Jesús no te
abandona, el esta a tu lado y desea que tu entregues tu vida completamente en
sus manos.
Jose M. Suazo
Director Instituto Teológico
Ammiel