“Asimismo harás el atrio del tabernáculo. Al lado meridional, al sur, tendrá el atrio cortinas de lino torcido, de cien codos de longitud para un lado” Éxodo 27:9
Como adventista y creyente en la realidad del ejercicio de
intercesión que Cristo ejerce en el santuario celestial, siento que debo
compartir contigo los detalles de este tema maravilloso. Para comprender el
santuario celestial, primero debemos enfocarnos en su copia, es decir, el
santuario terrenal, el que Dios le reveló a Moisés. Como dijimos en otro
estudio, El Tabernáculo tenia tres secciones: El Atrio, El lugar santo y el
Lugar Santísimo. Hoy vamos a estudiar acerca del Atrio.
El Atrio era una especie de rectángulo que rodeaba los dos
departamentos del interior del tabernáculo, estaba ubicado de Este a Oeste y en
el Extremo Este estaba localizada la única entrada al tabernáculo.
De Oriente a Occidente el atrio medía 100 codos de largo, es
decir, unos 45.7 metros de largo, su lado sur y su lado norte.
El ancho del atrio era de 50 codos, es decir, unos 22.8
metros.
La barrera del Atrio fue hecha de lino blanco, que colgaba de
sesenta pilares, veinte sobre cada lado largo y diez sobre cada lado corto.
Cada columna se levantaba sobre una base de metal que era de
cobre, y tenía una corona de plata en su extremo superior. Las columnas también
fueron "ceñidas de plata". De este modo una cerca intacta de plata y
lino torcido iba todo alrededor del atrio.
Es interesante notar que se mencionan varios materiales y
metales con los cuales estaban fabricadas las piezas que formaban el
Tabernáculo.
Aunque no se nos dice de que material fueron hechas las
columnas, es muy posible que fueran de madera y si ese fuese el caso sería de
madera de acacia. Si ese fuera el caso, cosa que no sabemos con seguridad, esta
representaría la naturaleza humana caída, que fue tomada por cristo Jesús, para
en Él adoptar esa naturaleza espiritual que solo por medio de su justicia podemos
alcanzar. En otro sentido las columnas representan al cristiano redimido que
descansa sobre la base de cobre que representa el peso de la justicia de Dios
sobre Cristo, de esa manera el cristiano redimido no descansa en las arenas del
desierto si no en la base que es cristo, y mediante y por esa base tenemos
acceso a la corona de plata que estaba en la parte superior de la base y que
representa que solo por Cristo somos redimidos y tenemos acceso a la salvación.
Si bien cada columna contaba con un buen fundamento, tenía aún
más apoyo. En la base abajo vemos la seguridad eterna del creyente, y en las
cuerdas y estacas a cada lado de la cerca vemos la estabilidad en la vida
cristiana.
Nuestro Salvador no sólo padeció la ira (el cobre) y pagó el
precio de nuestra salvación (la plata), sino a la vez es quien nos guarda de
caída; Judas 24.
Pedro (quien en una época había tenido sus propios problemas
en cuanto a la estabilidad espiritual) se refiere a los creyentes como
“guardados por el poder de Dios mediante la fe para alcanzar la salvación” (1
Pedro 1.5), refiriéndose desde luego a la salvación en el sentido de la segunda
venida del Señor Jesús.
Necesitamos estabilidad en nuestro testimonio ante el mundo
(la perspectiva desde afuera) y aun en presentar a Cristo a los que creen en él
y que están adentro del atrio. Santiago es enfático al hablar de esto, como era
de esperar.
“El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”
El cobre de las bases representa a Dios en justicia juzgando
el pecado. La plata de los capiteles y de las molduras habla de la redención
por la sangre de Cristo. Las cortinas del atrio eran de lino fino, torcido. Ha
habido tan sólo UNO aquí abajo en cuya vida y en cuyos caminos el lino limpio y
brillante fue visto en todo su inmaculado lustre. Era "Jesucristo el
Justo." En Él no había ningún hilo basto, ni ninguna mancha de injusticia.
Jesús, como hombre era siempre perfecto, porque también era "Dios sobre
todas las cosas, bendito por los siglos. Amen" (Romanos 9:5).
Cristo era perfecto en su devoción a Dios, perfecto en su
justicia hacia el pecador. A Él, y a Él sólo, pertenecía el lino fino por
derecho. En Él, y en Él sólo, fue manifestada esa justicia plena, perfecta y
pura. Los hombres vieron su brillo, y se apartaron de Él. Cristo era una
reprensión continua a los escribas y a los fariseos—los dirigentes religiosos
de aquel día—y lo aborrecieron. Pero allí quedaba Él, el Justo entre los
injustos, el Santo entre los malvados e inmundos, revelando y mostrando la
justicia y la santidad que son de Dios.
En Definitiva, El Atrio nos revela como la Justicia de Cristo
nos invita a ser como Cristo fue, a vivir la vida de Cristo e imitar su
carácter.
El Apóstol pablo dijo:
“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.” (Efesios 4:13)
Esta gran verdad la encontramos en todo ese lino fino torcido
que pendían de 60 bases de cobre y plata indicando así que solo por la Justicia
que viene de Dios, por medio de Cristo, podemos alcanzar su promesa de
salvación.
Por Jose M. Suazo